La acción erosiva del viento se puede producir de dos maneras: levantando las partículas sueltas que hay en el suelo (deflación) y utilizando los materiales que transporta como pequeños proyectiles que desgastan la superficie de las rocas (corrosión).
La distancia a la que las partículas son arrastradas depende tanto de su peso como de la intensidad del viento, el cual realiza un transporte selectivo.
A medida que pierde intensidad, los materiales se van depositando según su tamaño (primero las partículas más pesadas y luego las más ligeras).
-
Las partículas de arena, por se más pesadas, se depositan más cerca de donde se han originado y dan a los arenales y a los desiertos de arena.
-
Las partículas más finas (limos y arcillas) pueden ser arrastradas cientos de kilómetros y su sedimento constituye el loess. Se localizan normalmente es la periferia de los desiertos y forman suelos fértiles y profundos.
Una formación típica de los arenales y de los desiertos de arena son las dunas. Cuando la arena transportada por el viento choca contra un obstáculo y se deposita encima hasta cubrirlo, se forma una duna. Las dunas presentan siempre una pendiente suave en la zona desde donde sopla el viento (barlovento) y una pendiente opuesta mayor en la zona protegida del viento (sotavento).
Las dunas avanzan siguiendo la dirección del viento y, en ocasiones, amenazan zonas de cultivo o vías de comunicación, por lo que es preciso inmovilizarlas mediante empalizadas o sembrando en ellas plantas que retengan la arena con sus raíces. En España existen dunas en las cosas de Valencia, Huelva, Almería, Fuerteventura y Gran Canaria.
5.2- La Energía Eólica.
La utilización de la energía del viento o energía eólica por parte de los seres humanos es muy variada y remota en el tiempo. Así, hace 4.000 años, los chinos ya se servían de ella para navegar a vela; 2.000 años más tarde, los persas inventaron los molinos de viento para triturar el grano y elaborar harina. Además, se ha aplicado a trineos y carros movidos mediante velas e incluso se ha empleado para el vuelo sin motor de los planeadores. También se una la energía mecánica del viento para bombear y extraer agua del subsuelo y, en la actualidad, para producir energía eléctrica en las centrales eólicas.
Las ventajas de este tipo de energía pueden resumirse en las siguientes:
-
Es una energía limpia y renovable, que no produce contaminación.
-
Al igual que la energía solar o al hidroeléctrica, la energía eólica no contribuye al aumento del efecto invernadero.
-
Es gratuita y solo requiere una inversión inicial en infraestructura y mantenimiento.
Sin embargo, la obtención de electricidad a partir del viento no está exenta de inconvenientes:
-
Debido a la irregularidad del viento y a su intermitencia, antes de instalar una central eólica en una zona, hay que hacer un estudio de los datos meteorológicos, a fin de garantizar un buen rendimiento.
-
Las hélices de este tipo de instalaciones representan un peligro para las aves.
-
Los aerogeneradores producen interferencias en las ondas de radio y televisión.
-
Los aerogeneradores alteran la estética del paisaje y su instalación requiere realizar pistas de acceso.
España es uno de los países de Europa donde la obtención de energía eléctrica a partir de la eólica está más extendida. Existen parques eólicas en Andalucía, Aragón, Canarias, Galicia y Navarra. En esta última comunidad se prevé que el 50% de la energía eléctrica consumida en el año 2010 se obtendrá a partir del viento.
-AGENTES GEOLÓGICOS EXTERNOS
1- LA HIDROSFERA.
La tierra ha recibido el nombre de “planeta azul” debido al color que le da la capa descontinua de agua o hidrosfera.
El agua de la hidrosfera no está repartida de modo uniforme por la superficie del planeta: alrededor de un 97% del total en mares y oceanos, un 2% en casquetes polares, un 1% en aguas continentales como: las aguas salvajes, los torrentes, los rios, las aguas subterraneas y los glaciales.
LAS AGUAS SALVAJES.
Las aguas alvajes, tambíen llamadas de arroyada, proceden de la lluvia o del deshielo y corren libremente sobre el terreno sin un curso fijo hasta incorporarse a un torrente o un río. A lo largo de su recorrido erosionan y transportan materiales.
En terrenos sueltos o poco consolidados, el agua arrastra los materiales por la pendiente y forman grandes surcos que se denominan cárcavas.
Cuando en el terreno existen grandes rocas que protegen de la erosión al suelo que hay debajo de ellas, el agua arrastra los materiales que no están protegidos por las rocas y, con el tiempo, se originan las pirámides de tierra o chimeneas de hadas.
En las laderas en las que la pendiente es grande, una lluvia intensa puede empapar el terreno y hacer que este se deslice, provocando una avalancha o deslizamiento. Estos deslizamientos constituyen un peligro para las obras públicas (carreteras, presas, etc.) y pueden causar catástrofes cuando afectan a poblaciones humanas.
La vegetación, y en especial los bosques, evita la erosión y los deslizamientos del terreno; por eso es importante la repoblación forestal de las laderas. También para evitar la erosión y favorecer la absorción del agua por parte del subsuelo, se construyen bancales o terrazas de cultivo. En España se utilizan para el cultivo del olivo o de árboles frutales.
En rocas solubles, como las calizas o los yesos, el agua forma surcos separados por agudas crestas que hacen que el terreno sea prácticamente intransitable. Estas foramciones se llaman lenar o lapiaz.
3- LOS TORRENTES.
Los torrentes son cursos de agua con cauce fijo y caudal estacional, pues solo llevan agua después de grandes lluvias o en época de deshielo. Hay dos tipos de torrentes: de montaña y de regiones áridas.
3.1- Torrentes de Montaña.
El agua que discurre por los torrentes de montaña procede tanto de las lluvias como del deshielo. En este tipo de torrentes se distinguen tres zonas:
-
Canal de desagüe: es el cauce por el que circula el agua transportando los materiales erosionados en la cuenca de recepción; estos materiales erosionan a su vez, el fondo del cauce.
-
Cono de deyección: es la desembocadura del torrente. Cuando llega al valle, la pendiente disminuye, y el agua pierde velocidad y deposita los materiales transportados por el canal de desgüe, que pueden llegar a formar los llamdos depósitos de piedemonte.
3.2- Torrentes de Regiones Áridas.
Solo llevan agua, procedentes de las lluvias, de forma intermitente: una o varias veces al año. Presentan una pendiente escasa, y su cauce es ancho y plano. Son característicos del levante y sudeste peninsular y reciben el nombre de ramblas.
En épocas de lluvias intensas se forman grandes avenidas de agua que arrastran muchos materiales, ensanchan el cauce y provocan inundaciones. Se puede reducir la acción erosiva de los torrentes mediante repoblaciones forestales y evitar inundaciones construyendo presas de regulación.
Las piedras transportadas por los torrentes se diferencian de las de los ríos en que no tienen una superficie pulida y presentan fuertes ángulos, debido a que han estado poco tiempo expuestas a la erosión.
4- LOS RÍOS.
Los ríos son cauces de agua de caudal permanentes, que, no obstante, puede variar dependiendo de las estaciones. En un río se distinguen tres tramos o cursos.
4.1- Curso Alto.
El curso alto es un tramo de pendiente fuerte, donde la velocidad del agua es grande, y en el que predominan la acción erosiva y el transporte de materiales, que tienden a profundizar el valle, de forma que el valle fluvial o valle en forma de “Y” solo presenta cauce y laderas.
Una de las formas en las que el río excava el cauce es mediante la formación de ollas. Estas se producen al girar los cantos sobre el fondo del cauce, lo que hace que el río se encaje en el terreno formando tajos, gargantas, desfiladeros, cañones y hoces, que pueden llegar a ser muy profundas y de paredes casi verticales.
Cuando el río discurre en su tramo alto formando curvas, estas reciben el nombre de meandros encajados.
En el curso alto también suelo haber satos de agua (cascadas y cataratas) y rápidos.
4.2- Curso Medio.
En el curso medio de un río tiene lugar fundamentalmente el transporte de materiales, ya que la pendiente se suaviza y el agua pierde velocidad. Así, tiene que sostear los obstáculos formando curvas o meandros que ensanchan el valle, aumentando la distancia entre las dos laderas.
La evolución de un meandro: se obseva el ensanchamiento del valle fluvial y la formación de un meandro abandonado.
Cuando el valle se ensancha, adopta la forma de artesa de fondo ancho y plano, por lo general con laderas poco inclinadas.
En este tramo son características las terrazas fluviales, que se originan al ir encajándose el río en su propio relleno aluvial. Se trata de pequeñas llanuras escalonadas a distintos niveles, situadas a ambos lados del río, en los cursos medio y bajo.
Las terrazas se produjeron en épocas en las que prdominó la sedimentación, mientras que el desnivel que existe entre ellas corresponde a épocas de intensa erosión fluvial.
Curso Bajo.
En su curso bajo, al se mínima la pendiente, los ríos pieren acción erosiva y de transporte y predomina la sedimentación de los materiales más pesados (cantos rodados); las arenas, las arcillas y los limos, por su parte, son transportados.
El escaso desnivel y la amplitud del cauce hacen que muchos ríos sean navegables en este tramo, como sucede con el Guadalquivir.
Cuando un río llega a la costa, se produce un gran depósito de aluviones, fundamentalmente arenas y limos. Dependiendo de las características de la costa, se distinguen dos tipos de desembocadura:
-
En las costas abiertas, las fuertes corrientes y mareas inundan la desembocadura y arrastran mar adentro los materiales transportados por el río. Estas desembocaduras, denominadas estuarios, son limpias y profundas.
-
En las costas poco profundas y de mareas suave, los materiales se acumulan en la desembocadura y tienden a cerrarla formando un delta. El río se abre camino entre los depósitos y se divide en brazos.